4.1. Las esterilizaciones forzadas: La historia de Lynchburg

Virginia fue uno de los estados pioneros en la aplicación de esterilizaciones eugenésicas. Allí se creó la Colonia Lynchburg para Epilépticos y Débiles Mentales, del estado de Virginia, en la que desde 1927 y hasta 1972 se esterilizó a unos 8.000 niños y jóvenes al amparo de una ley eugenésica. Lynchburg no es una anécdota, sino un elemento más de un mecanismo general y prácticamente universal de afianzamiento del estado nacional y de su control y dominio por parte de ciertos sectores sociales.
En 1931 treinta estados de los EE.UU. ya tenían leyes de esterilización obligatoria.
El Estado de Indiana aprobó la primera ley en 1907. Esta esterilización se podía aplicar a los que fueran considerados locos o imbéciles, o subnormales con la recomendación de una comisión de expertos.
En 1926 la Corte Suprema estadounidense aprobó una ley de esterilización. El borrador de dicha ley había sido elaborado por un equipo de prestigiosos biólogos, e incluía a ciegos, sordos, deformes, alcohólicos, tuberculosos, sifilíticos, leprosos, criminales, idiotas, pobres y personas isn domicilio fijo. En cuanto al objetivo perseguido, el proyecto legal lo enunciaba sin ambages: “preservar la pureza de la raza blanca”.
Hace setenta años, John Scopes enseñó evolución utilizando un libro titulado A Civic Biology, de G. W. Hunter, que contenía el tristemente famoso caso de Jukes y Kallikaks. Bajo el título de Parasitism and Its Cost to Societyóthe Remedy (El parasitismo social y su coste para la sociedad, la solución), dice:

"Cientos de familias como las que hemos descrito más arriba existen hoy en día, extendiendo enfermedades, inmoralidad y crimen a todas partes de este país. El coste para la sociedad de estas familias es muy severo. De la misma manera que ciertos animales y plantas se hacen parásitos de otras plantas y animales, estas familias se han convertido en parásitos de la sociedad. No solamente son dañinas para los demás corrompiendo, robando o extendiendo enfermedades, sino que en realidad son protegidas y cuidadas por el estado con dinero de todos. Las casas para pobres y asilos existen principalmente para ellos. Son auténticos parásitos. Si esta gente fuesen animales inferiores, seguramente se les mataría para impedir que se extendiesen. La humanidad no permitirá esto, pero tenemos la solución de separar los sexos en los asilos u otros sitios y prevenir de varias maneras el matrimonio entre ellos y las posibilidades de perpetuar esta raza tan baja y degenerada". G.W.Hunter

EL TRISTE CASO BUCK

En 1927, un caso que llegó a la Corte Suprema escandalizaría a EE.UU. años después. Carrie Buck, una joven de 17 años, se negaba a ser esterilizada. Pese a haberse presentado ante la corte argumentando con juicio, según ciertos testigos, la joven perdió el caso y su esterilización fue ordenada por «tener la mitad de la edad mental de su cuerpo». Esta resolución estuvo basada en informes de médicos que nunca conocieron a la joven; su historia se convirtió en el emblema de las injusticias de la eugenesia.
MÉDICOS ESTADOUNIDENSES ESTERILIZARON A UNOS 62.000 «INDESEABLES»

Pocos creían que EEUU fue precisamente un precursor de la «limpieza étnica»
Los americanos se adelantaron a los nazis. La esterilización en masa de los indeseables (deficientes mentales, minusválidos, criminales, alcohólicos, etc.) comenzó en 1907 y se extendió con todas las de la ley por 30 estados. Antes de que Hitler llevara a la práctica su macabro proceso de selección humana, unos 40.000 ciudadanos de segunda fila habían sido ya víctimas de la eugenesia en Estados Unidos. Los biólogos llegaron incluso a defender la pureza de la estirpe norteamericana frente a la invasión de razas inferiores provenientes del sur y del este de Europa. El demoledor informe sobre la eugenesia en Estados Unidos aparece en el reciente número de Annals of Internal Medicine. Hasta ahora, se tenía una idea más o menos vaga de las esterilizaciones en Norteamérica. Se sabía que el darwinismo social vivió sus momentos de máximo auge en los años 30, que sobrevivió a los horrores de la era nazi y que se cobró, seguramente, más de 60.000 víctimas hasta principios de los años 70.
Lo que pocos sospechaban es que Estados Unidos fue precisamente un precursor de la limpieza étnica. La primera ley que consiente la esterilización de los socialmente indeseables se remonta a 1907, en el estado de Indiana. La mecha de la eugenesia se propaga rápidamente y en 1944 se aplica ya en 30 estados.
Las esterilizaciones se practican en decenas de cárceles y de centros psiquiátricos. En algunos estados del sur, los médicos acceden incluso a hacer lo propio con los pacientes negros. Antes de la II Guerra Mundial, la cifra oficial de esterilizaciones legales supera las 40.000.
Pese a las protestas sociales y religiosas de la época, la opinión que se impone -en un dramático paralelismo con lo que hoy ocurre con la pena de muerte- es la que se escucha en boca del juez Oliver Wendell, miembro del Tribunal Supremo: «En vez de ejecutar a los degenerados o de dejarles que mueran por su propia imbecilidad, es mejor que la sociedad pueda evitar a tiempo que los manifiestamente inútiles tengan descendencia».
Jueces, políticos y científicos están convencidos de que ha llegado el momento de cortar de cuajo problemas hereditarios como el crimen, la debilidad mental, la decadencia moral, el alcoholismo y las enfermedades venéreas. En aras del progreso económico, sostienen, la sociedad no puede seguir arrastrando el lastre de los hombres inferiores.
Durante la II Guerra Mundial, la clase médica norteamericana cambia de rumbo. Aun así, entre mediados de los 40 y 1963 se contabilizan 22.000 nuevos casos. Las protestas de la Iglesia Católica y la labor de científicos como Barry Mehler, el primero en desenmascarar a sus colegas, son decisivas para poner fin a más de medio siglo de eugenesia. En 1982, no obstante, el 48% de los norteamericanos se pronuncia a favor de la esterilización de los enfermos mentales.

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