5.3. La eugenesia en Alemania

En la psiquiatría (no solamente la alemana) había una tendencia a emitir juicios de valor sobre individuos y grupos basados en teorías médicas o médico-sociológicas. Algunos escritos considerados científicos (aún hoy) habían preparado el terreno. La obra más significativa es "La legislación de la destrucción de la vida indigna de ser vivida” (Die Freigabe der Vernichtung lebensunwerten Lebens) publicado en Leipzig en 1920, escrita por el renombrado psiquiatra Alfred Hoche y por el respetado juez Karl Binding. El libro tuvo un éxito tan grande que se reeditó en 1992. Este libro defendía la tesis según la cual la eliminación de la "gente sin valor" debía ser legalizada. Fue así que los conceptos de "vida sin valor" o "vida que no merece ser vivida" introducidos en este libro fueron luego utilizados por los nazis. Binding y Hoche hablan de "seres humanos sin valor". Reclaman "la eliminación de aquellos que no tienen salvación y cuya muerte es una necesidad urgente". Hablan de aquellos que están por debajo del nivel de las bestias y que no tienen "ni la voluntad de vivir ni de morir". Evocan a aquellos que están "mentalmente muertos" y que forman "un cuerpo ajeno a la sociedad de los hombres". Hablan también de “muertos en espíritu” (Geisting Tote) o “existencias cargantes” (Ballast Existenzen). Los autores insisten especialmente sobre el factor económico, el " despilfarro" de dinero y trabajo en la asistencia médica a los retrasados. Reclaman una "actitud heroica" supuestamente perdida.
El "Dossier Binding-Hoche" sobre la obra del jurista, Karl Binding, y el psiquiatra, Alfred Hoche; "Die Freigabe der Vernichtung lebensunwerten Lebens", tuvo una edición en 1920; y otra en 1922. El Dr. Binding, nació en Francfort-an-Main (1841), fue profesor de derecho y murió en 1920. El coautor, Dr. Hoche, nació en Wildenhain (1865), fue profesor de psiquiatría, y se suicidó en 1943. Klaudia Schank y Michel Schooyans, traductores del alemán del dossier Binding-Hoche como hemos señalado, además de confirmar la exigencia de Binding y Hoche de liberalizar la destrucción de una vida indigna de ser vivida, apuntan también que se otorgaron el derecho de juzgar el valor de un ser humano y de relativizar su dignidad. Según el jurista Binding, el hombre es el soberano de su vida. De donde proviene la legitimación moral y jurídica del suicidio, lo que, según Binding, conduce lógicamente a la liberalización de la eutanasia. Esta liberalización, debe en primer lugar aplicarse a la "eutanasia pura", que reemplaza simplemente la causa de una muerte por otra, luego a la eutanasia de los enfermos incurables que piden con insistencia ser librados de sus sufrimientos, y finalmente a la eutanasia de los deficientes mentales. La decisión de proceder a la destrucción, tomada por un Comité de Liberalización, se funda en un deber legal de compasión. La eventualidad de una decisión tomada por error, casi no preocupa a los autores. Hay tanta gente que muere por error que una persona más o menos no pesa en el balance... El psiquiatra Hoche, por su parte, desarrolla toda una argumentación dirigida principalmente a justificar medicinalmente el homicidio de discapacitados mentales. Para ello coloca a estos últimos en el mismo nivel que los seres irracionales. Según Hoche, los discapacitados mentales no pueden consecuentemente atribuirse un derecho subjetivo a la vida, y los caracteriza sin dudar de faltos de existencia y de seres vacíos que representan una carga para el Estado y deben ser eliminados.
La responsabilidad directa de estos universitarios en la elaboración y puesta en ejecución de los programas de exterminación de discapacitados, adultos y niños, no deja ninguna duda. De esta manera, abrieron ampliamente la vía al holocausto y a la banalización del "don de la muerte" por motivos políticos o ideológicos.
Escriben Binding y Hoche en su panfleto Die Freigabe der Vernichtung lebensunwerten Lebens (Autorización para la destrucción de la vida que no merece vida, 1920): "Si uno piensa en un campo de batalla cubierto con miles de cuerpos jóvenes y contrasta esto con nuestras instituciones para los idiotas [Idioteninstitute], con su preocupación por sus pacientes vivos, entonces uno estaría profundamente perturbado por la evidente disyunción entre el sacrificio de la posesión más valiosa de la humanidad, de un lado, y, de otro, por el gran cuidado de seres que no solamente son despreciables y sin valor sino que también manifiestan un valor negativo" (Binding and Hoche, Citado en Hafner, 1974, pp. 1-6, traducción libre). De hecho, sus miembros propusieron - para acabar con las llamadas poblaciones desadaptadas-el aborto selectivo, la esterilización obligatoria, no solamente de los individuos que ellos categorizaban como "antisociales" ("asozialen"), sino también de aquellos grupos o "razas" discriminadas por ser consideradas forasteras ("artfremde") y degeneradas ("entartet”). Desde su punto de vista, el Sistema de Bienestar fue percibido como una carga financiera (en momentos de crisis económica) y una desviación de la ley fundamental de la naturaleza. Además, insistían en que la intervención de los hombres sobre el destino de aquellos "defectuosos" era, stricto sensu, una intervención en el proceso natural de selección. En este sentido, Herman Muckerman, quien fuera director del Departamento de Eugenesia del Instituto Kaiser Wilhelm, escribió en Eugenik, una revista de vanguardia, sobre el tema:

“La civilización ha eliminado la selección natural. El bienestar público y la asistencia social contribuyen, como un efecto colateral no deseado de una obligación necesaria, a la preservación y posterior reproducción de individuos enfermos. Una carga creciente de individuos inútiles que no merecen vivir y se mantienen y se cuidan en instituciones a costo de aquellos saludables - de quienes cien mil están hoy sin su propio lugar para vivir y millones de los cuales están hambrientos por la falta de trabajo. El compromiso de hoy nos pide una "economía planeada" en la política de salud" (Weiss, 1987, p. 224)

Con la llegada del nazismo al poder, se desencadena en Alemania el mencionado debate público sobre la eutanasia en la revista Ethik donde los diferentes protagonistas toman la palabra. Los partidarios de la eutanasia -entre los cuales destaca un teólogo llamado Rose-, se refieren frecuentemente a la obra de Binding y Hoche. El mismo Hoche interviene reiteradamente en la discusión hasta en sus mínimos detalles que la Administración y el Estado nazi asumen sin recelo prepararando a los burócratas, a los médicos y psiquiatras no solamente para la aceptación, sino también para la ejecución de las muertes en masa a partir de 1939, cuya concepción de la eutanasia, muerte dada intencionalmente reputada por medio de técnicas médicas (Sterbehilfe), tienen su origen y desarrollo sin lugar a dudas en la Tötung de Binding-Hoche, entre otras acepciones del vocablo utilizadas por los nazis en innumerables ocasiones.

"¿Existen vidas humanas que hayan sufrido tal menoscabo de su carácter de bien jurídico que su continuidad haya perdido todo valor, tanto para los titulares de esas vidas como para la sociedad? Alcanza con plantear [esta pregunta] para provocar un sentimiento de incomodidad en todo aquel que se haya acostumbrado a estimar el valor de la vida individual, tanto para su titular como para la comunidad. […] Sin embargo, si se evoca al mismo tiempo un campo de batalla sembrado de miles de jóvenes muertos, o una mina de carbón en la que cientos de abnegados trabajadores pierden la vida por un derrumbe, y si se comparan mentalmente esas imágenes con nuestros institutos para cretinos, con todo ese esmero que ponen en cuidar a los internos vivos, uno no puede menos que sentirse conmocionado en lo más profundo de su ser por la aguda disonancia entre por un lado, el sacrificio a gran escala del bien más valioso de la humanidad, y por el otro, el mayor de los empeños puesto en cuidar existencias que no sólo carecen de todo valor, sino que incluso deben ser consideradas negativas." (pág. 27)

"Los seres humanos que serán considerados *para su eliminación* se subdividen *...* en dos grandes grupos, entre los cuales se ubica un grupo intermedio.
1. Los irrecuperables que sufren enfermedades o secuelas de heridas sin cura posible, que comprenden plenamente su estado y manifiestan o dan a entender de alguna manera su deseo de ser liberados de su agonía.
2. El segundo grupo se compone de los débiles mentales irrecuperables, más allá de que su condición sea congénita o consecuencia del último estadio de su enfermedad, como sucede con los paralíticos. No presentan ni voluntad de vivir ni tampoco de morir. Por lo tanto, no habrá de su parte consentimiento a su eliminación ni tampoco se observará una voluntad de vivir que necesite ser quebrada (pág.31) *...*.
3. He mencionado un grupo intermedio que consiste en aquellas personas en plena salud mental pero que han perdido la conciencia como consecuencia de algún acontecimiento, como una herida grave, de índole indudablemente mortal, y que en caso de recuperar la conciencia se encontrarían en un estado de padecimiento sin nombre *...* (pág. 33)"

En Alemania, y a partir de la década de los 60 del siglo XIX, el morfólogo Ernst Haeckel, otro sobresaliente hombre de ciencia con un oscuro perfil político, destacó por su defensa del darwinismo en cuya personal interpretación encontró la justificación "científica" para el racismo. Según él, razas, grupos y nacionalidades evolucionaban respondiendo a su entorno, avanzando a través de una lucha competitiva. Heackel dio así contenido al monismo, filosofía que en la política propugnaba un Gobierno fuerte y centralizado como fuerza impulsora del progreso humano mediante la competencia racial, el sacrificio del grupo y la guerra internacional. Galtón y Heackel, incluso el propio Darwin, creían como mucha gente en esa época en la jerarquía racial y por supuesto, asignaban el escalón más alto a la propia.
Mientras, el darwinismo social en Alemania, espoleado por el monismo y por un activo Haeckel, exigía una Alemania fuerte con tendencias colonialistas, militaristas y expansionistas, dominadora del mundo:

En la naturaleza no existe esa paz idílica que cantan los poetas; en todas partes encontramos lucha y afán de aniquilar al vecino y a los competidores.

Añadiendo posteriormente:

Por consiguiente, la totalidad de la historia de las naciones... ha de ser explicada por la selección natural. La pasión y el egoísmo, conscientes o inconscientes, son por doquier la fuerza motriz de la vida.

La idea cuajó y Alemania terminó desencadenando la Primera Guerra Mundial. La Liga Monista apoyó el esfuerzo de guerra y, tras la derrota, buena parte de sus miembros abrazaron con alegría el Partido Nacionalsocialista. En 1933, Alemania aprobó la Ley para la Prevención de la Progenie Genéticamente Enferma que ordenaba la esterilización de personas que "padecieran" debilidad mental congénita, esquizofrenia, manía depresiva, alguna deformidad física grave, ceguera o sordera hereditarias, o incluso un fuerte alcoholismo, todo ello establecido por un tribunal de salud pública. El nazismo encontró una sociedad preparada para poner en marcha buena parte de las políticas genocidas que lo caracterizan.
El Departamento de Eugenesia alemán fue dirigido por Herman Muckerman, un defensor de la esterilización y un propagandista importante de la eugenesia. Durante el período de su nombramiento (entre 1927 y 1937 cuando fue forzado al retiro por los nazis) él fue uno de los principales críticos del Sistema de Bienestar.
En contraste, como investigador Muckerman centró sus intereses en seleccionar lo que él llamaba "familias normales" o grupos con características eugenésicas positivas: por ejemplo, grupos de campesinos con tasas bajas de mortalidad infantil. De igual forma, analizó el grado de fertilidad entre profesores universitarios, funcionarios del ejército y la policía prusiana (todos por definición harían parte de la nueva sociedad). En un sentido, él era ante todo un eugenista interesado en incorporar su disciplina a la política para mantener la estructura meritocrática de la sociedad. Su investigación intentaba determinar cuáles eran los elementos por medio de los cuales "las familias normales" llegaban a tener y a reforzar las buenas cualidades eugenésicas (Weinling, 1985, p. 315). Finalmente, Otmar Freiherr von Verschuer (1896-1966) fue inicialmente nombrado jefe del Departamento de Herencia Humana en 1927 y, posteriormente, dado su fuerte antisemitismo, se convirtió en el Director General del Instituto en 1941. Su investigación pretendía buscar la herencia de las cualidades intelectuales. Para hacerlo usó una muestra de 700 pares de gemelos, de los cuales encontró un cierto porcentaje de criminales (los números reales no son muy importantes puesto que cualquier porcentaje hubiera sido considerado como prueba de su hipótesis). Su objetivo era "revelar" la supuesta relación entre "enfermedades" particulares, tales como la "criminalidad" y el cáncer, y el proceso natural de la herencia. Verschuer fue uno de aquellos investigadores que defendían la esterilización obligatoria, como eventualmente fue llevada a cabo después de 1933, de los "subnormales morales y mentales", (Weinling, 1985,1989;Weis, 1987). En esta línea de pensamiento, enfatizó de manera concluyente las bases biológicas de la sociedad, en la cual su estructura jerárquica era un reflejo del proceso de evolución y selección natural. En este sentido, y por razones obvias, Verschuer atacó la democracia como sistema político puesto que estaba basada en una concepción de la sociedad que permitía una población con características eugenésicas negativas, en vez de estar constituida por una minoría fuerte genéticamente. Su experiencia temprana como un miembro entusiasta de los letales Freikorpslo llevó a convertirse en una de las figuras que se beneficiaron del establecimiento de una de las fuentes de información y experimentación - los campos de concentración -. Por eso, el trabajo de Verschuer es un ejemplo emblemático de la yuxtaposición de la ciencia y la ideología de exterminación

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